«La francmasonería y la ciencia han hecho buenas migas a lo largo de la historia. La búsqueda del progreso y el amor a la verdad son algunos de sus puntos en común, así que no es de extrañar que conocidos investigadores hayan sido masones», así arranca el artículo de El Español que repasa la pertenencia a nuestra institución de una larga lista de hombres de ciencia.
El diario se detiene en el caso del Muy Respetable Hermano Benjamin Franklin, inventor del pararrayos, las gafas bifocales, el cuentakilómetros, las aletas de buceo o el humificador. «Resulta curioso que no llegase a patentar nada de esto. El motivo es que prefería donar a la humanidad su ingenio, un rasgo de generosidad que probablemente tenía mucho que ver con su pensamiento masónico», reflexiona. Otros científicos mencionados por su condición masónica son los Queridos Hermanos Alexander Fleming, descubridor de la penicilina, que también entregó a la humanidad, Enrico Fermi, que desarrolló el primer reactor nuclear, Frederick Gowland Hopkins, descubridor del papel de las vitaminas, o Charles Richet, todos premios Nobel.
Entre los españoles destaca a los Queridos Hermanos Luis Simarro y Santiago Ramón y Cajal, que se inició en la Respetable Logia Caballeros de la Noche número 68, a finales del siglo XIX. Como recuerda el diario, los maestros masones de la Gran Logia de Españahonramos su memoria al haber otorgado su nombre a la Respetable Logia inscrita con el número 35 en nuestro libro de registro y que se reúne en su ciudad, Zaragoza.